miércoles, 3 de diciembre de 2008

VUELO AR-11120









DAS # 43



La lluvia cae amenazante sobre el piso, como millones de lanzas transparentes aparentemente inocuas. Llega al suelo formando miles de pompas, ésas que, de pequeños, nos empeñábamos en intentar explotar con el fondo musical de una madre enervada por la situación de desobediencia inocente. Esta tarde, húmeda y sofocante de julio, era el momento. Atras quedaron largas conversaciones en la intimidad de la noche de uno, en la sobremesa de la cena de ella, prometiendose ambos que algun dia, algun dia esta tarde de julio llegaria.
Ella, se ha tomado la tarde libre, no era para menos. Tras una intensa jornada de trabajo, se apuro en ponerse engalanada, bien parecida para el. Nerviosa, como una niña de quince años, se afana en no llevarse la mano a la boca y delatarse. Con mirada perdida y atenta, no deja de observar el panel de llegadas, a la vez que sus ojos nerviosos no dejan de mirar a la gente, por si apareciera el por sorpresa.
Por fin sale anunciado el vuelo. AR-10110. Y su puerta de desmembarque.
Ahora los nervios se aferran a su estomago. Una sensacion de alegria y miedo la embarga.

El, apurando sus ultimos metros hasta llegar a ella, tambien se deja embargar por las sensaciones. Tirando de su trolley, va dejandose ensordecer por el infinito jaleo del aeropuerto. Solo el ritmico compas de la maleta al pasar por las juntas del suelo le marca como las pulsaciones de un corazon.
Como siempre, con sus vaqueros, camisa de rayas, cazadora vaquera y su inconfundible pelo sujeto por unas gafas de sol a modo de diadema.El ensordecedor ambiente del aeropuerto se hace silencio, para el y para ella, cuando, por fin, el la ve.
No puede evitar que sus ojos se iluminen, su boca esboce una timida sonrisa y sus piernas apenas respondan al firme paso que llevaba. Ella, sigue perdida buscando entre las decenas de caras que entran por la sala. No atina a verle hasta que, casi en sus narices, el se detiene, llamando la atencion de ella, que, al notar su parada, se fija en el.

Es el momento. Atras ya queda todo.
Ella tampoco puede evitar esa sonrisa nerviosa, al tiempo que sus ojos traicionan su deseo y se humedecen. Balbuceando, en voz muy bajita, casi no atina a decir su nombre...
_ ...Damian...!!!
El tan solo atina a responderla con una abierta sonrisa al tiempo que deja la maleta en el sitio. Y acercandose a ella, solo sabe responder lo mismo:
_...Noelia...
Ambos se funden en un calido abrazo, dejándose llevar por ese mágico momento.El que ambos tanto habian deseado. La sala estaba sorda para ellos. No existia nada ni nadie para ambos. Solo ellos dos. Sobraba todo. Sobraban todos...