martes, 3 de abril de 2012

AUTOMEDICACIÓN

















DAS#43




Es sencillo...


...cuando nos duele la cabeza, nos tomamos una aspirina. Si se trata de un músculo, un anti-inflamatorio, o quizás una pomada para aliviar el dolor. Y dependiendo de qué tipo de dolor se trate, e incluso la frecuencia con la que lo tengamos, buscamos soluciones más allá de la propia medicina, de la convencional, se entiende.


Otra solución, más o menos difícil, es buscar el origen del mal, hallar el remedio y, por fin, aplicarlo.
Hoy en día, con la avalancha de información que tenemos (a veces tanta que llega a ser errónea y confundirnos), la sabiduría de nuestros mayores que nos recuerdan aquellos "remedios de la abuela", y de los mejores medios de los que nunca hemos dispuesto, nos es fácil, muy fácil saber el origen, la sintomatología, el tratamiento e incluso la prevención de un dolor, enfermedad etc.


Es...complicado...


...detenerse ante uno mismo y analizar objetivamente el propio dolor, cuando éste es de corazón. Y no de "ese músculo sano que nesesita acción", como dice la letra, sino del que no se ve. Aquí no queda más remedio que fiarnos de nuestros propios instintos, de nuestros sentimientos y sensaciones para tirar con fuerza  sin mirar. Lo que tenga que venir, vendrá.
Así que, seamos honestos con nosotros mismos, miremos en el interior: qué es lo que no quiero, que es lo que necesito para estar conmigo mismo satisfecho...y a dónde quiero llegar. Lo que pase a mi lado, será bienvenido. Lo que se quede, será porque estaba de quedarse...y lo que no, ya sabes la respuesta.


De nada nos sirven las cavilaciones. Los  "Y si...?"...


david.sac, mayo 2012