martes, 10 de enero de 2012

¿A QUIÉN PERTENECEN...?













DAS # 43










Podrás ser mejor o peor.
Tu que un día saliste al estrado, encubierto de una familia que te abrigó, o quizás no. Que te forjaron en sus conocimientos y sus falsas verdades, que ahora son las tuyas, las que tú crees y no las que te inculcaron. 


Como las mías.


Defendido o no con la solvencia que les otorga el poder paterno-maternal que conforma ése primer núcleo de confianza que se denomina familia. Y la convivencia...


Cada cual a su modo y manera te da lo que cree que es lo mejor para tí. O quizás para él.
Lo que en definitiva quedan son los pequeños momentos e los que ellos te hacen sentir vivo...todos ellos.
Y no por buenos o malos, sino simplemente porque fueron, estuvieron ahí y formaron parte de tu memoria, y lo forman, precisamente por éso, estás vivo. Te pertenecen. Sólo a tí.


Tuviste la oportunidad y la aprovechaste. 
O la desechaste, pero tu momento estuvo ahí. 


No sirve el lamento para menguar el sentimiento de fracaso por una u otra cosa cuando se quiso, o aún se quiere, ni por todo lo contrario.


A quién pertenece tu memoria, tu recuerdo, si no es a ti...


Amo y señor. Consciente de tu propia inconsciencia, rebatida, una y otra vez.  Por el hecho de querer haber sido lo contrario... y el caso es que estás aquí. Para y por lo bueno y por justamente todo lo contrario. Con más o con menos. Con lo material, lo físico o espiritual, pero estás aquí. Y ellos siempre contigo. 


Porque te pertenecen.


No intentes zafarte de ellos. Más te seguirán. Acéptalos, porque son tuyos. Son los que te hacen sentir que hoy por dentro de tí circula sangre caliente. Podrán ser mejores o peores... 
...pero son tuyos.


¿A quién pertenece tu memoria, tus recuerdos, si no es a ti?

david a. sac, enero 2012

2 comentarios:

Beatriz Barba dijo...

Solo desde el despertar de nuestra conciencia seremos capaces de darnos cuenta de sacar de nuestra mochila todas las piedras que los que nos rodean nos han echado, porque no, desde el cariño...para liberarla y poder empezar a recojer y cargar las nuestras propias. De las cuales si somos responsables y no de las anteriores que ni siquiera hemos tenido la opcion de elegir.

David dijo...

Cuesta...cuesta sacarlas, a veces por no querer remover en la ciénaga, otras por la comodidad de no mancharnos...pero el caso es que cuando liberamos algo de peso ¡¡nos sentimos tan bien!!
Y quizá nos equivoquemos al elegir las nuestras propias, pero el error, el daño sea no menor, pero sí más llevadero.
Es...como mancharte de grasa cuando estás tocando un motor: podrá funcionar mejor o peor, pero el gusto de hacerlo es particular. Y cuando limpias la grasa y ves tu obra, aún siendo la más mediocre, es tuya. Y eso te felicita.